La flora de Yucatán

Mucha es, y muy de notar, la diversidad de yerbas y flores que a Yucatán ornan en sus tiempos, así en los árboles como en las yerbas y muchas de ellas a maravilla lindas y hermosas y de diversos colores y olores, las cuales, allende el ornato con que a los montes y campos atavían, dan abundantísimo mantenimiento a las abejitas para su miel y cera. Pero entre ellas pondré aquí algunas, así por su preciosidad de olor y hermosura, como por el provecho que de ellas los moradores de aquellas tierras tienen.Hay ajenjos muy más frescos y olorosos que los de acá y de más largas y delgadas hojitas y críanlos los indios para sus olores y recreación, y he visto que se hacen más hermosos con echarles las indias, al pie, cernada.Hay una yerba de muy anchas hojas y de altas y gordas ramas, de singular frescura y fertilidad, porque de pedazos de las ramas se dan tanto, que crecen [a] la manera y muchedumbre de las mimbreras, aunque en nada les son de comparar; tratada un poco la hoja entre las manos, tiene el verdadero olor del trébol, aunque lo pierde después de seca; es muy buena para frescura de los templos en las fiestas, y [para] esto sirve.Hay tanta albahaca, que están los montes llenos de ella en algunas partes, y con nacer en aquellas peñas es muy fresca, hermosa y olorosa, aunque no se compara a la que se cría en las huertas, llevada de acá, que es cosa de ver lo que cría y ensancha cada pie.Hay una flor que llaman tixzula del más delicado olor que yo he olido y mucho más que los jazmines; es blanca y la hay morada clara, y [como] su tronco es de cebollas gordas se podría traer a España. Es, pues de esta manera: echan sus cebollas unas espadañas altas y gruesas muy frescas, que duran todo el año y dan en medio una vez al año, un mástil verde ancho como de tres dedos, y gordo y tan largo como las espadañas; y en el cabo de este mástil salen las flores en un manojo, cada una de un jeme de largo con [todo y] pezón, abiertas, y ciérralas por lo bajo una tela blanca, delicada, y en medio tienen unas telitas amarillas [y estas flores son] a maravilla de hermosas de blanco y amarillo. Cortado este vástago y puesto en un jarro de agua, dura con suave olor muchos días, porque no se abren las flores juntas, sino poco a poco.Hay unas azucenitas muy blancas y olorosas y que duran mucho en agua, y fáciles de traer acá, porque son también de cebolla y en todo semejantes a las azucenas, salvo que el olor es más suave y no dañoso a la cabeza, y no tienen en medio lo amarillo de las azucenas: Hay una rosa llamada ixlaul que me han dicho que es de mucha hermosura y olor.
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